Guanareños coinciden en que el pueblo tendrá más tranquilidad con aplicación de Ley Desarme
GUANARE
GOBIERNO DE PORTUGUESA
OMAIRA DIAZ
FOTOS: MILENA VIRGUEZ
“Indudablemente, la
Ley para el Desarme y Control de Armas y Municiones, constituye un
instrumento legal que le da un poco de tranquilidad a los ciudadanos,
toda vez que aquellas personas con armas en su poder las entregue
voluntariamente a las autoridades para volver a tener paz en Venezuela”.
Quien
así se expresó fue Luis Fadul, dirigente opositor de Guanare, quien
reconoce los efectos positivos que tendrá sobre la sociedad la
aplicación de esta ley y la disposición del Gobierno Nacional en buscar
una salida al problema de inseguridad y violencia que vive el país.
“No
podemos ser radicales y no reconocer las cosas buenas que hace el
Gobierno, como es el caso de la aprobación de esta ley, la cual
constituirá un aliciente para generar más tranquilidad a la población;
pero también debemos estar conscientes que una ley no basta para acabar
con la inseguridad y la delincuencia, hacen falta otras estrategias que perduren en el tiempo”.
Fadul
dijo que paralelo a la Ley para el Desarme, deben desarrollarse
políticas sociales que conlleven seguridad integral a la sociedad y
que eviten a los individuos caer en la delincuencia. Citó por ejemplo
estabilidad laboral, nuevas oportunidades de empleo, áreas de
recreación, incentivar a los jóvenes a involucrarse en el quehacer
cultural y en la práctica de deportes.
Por
su parte Luis Altuve, residente de Guanarito, señala que “la ley es muy
buena”, pero que debe buscar ayuda de otros sectores de la sociedad,
como por ejemplo la Iglesia, tomando en cuenta todos los credos que
hacen vida en el país. “Porque se trata también de un problema
espiritual de la persona que está en la delincuencia, que muchas veces
pasa por traumas, casi siempre en la infancia y que resulta con
problemas de conducta reflejados en la edad adulta”, apuntó Altuve.
Destacó
que con orientación espiritual desde temprana edad a él y a su grupo
familiar, los patrones de comportamiento dentro de la sociedad son
otros, porque se estimula a la práctica de valores espirituales, como el
amor al prójimo y el temor a Dios.
Para
Segundo Fuenmayor, las armas no deben estar en manos de la población
civil, ya que eso es potestad del Estado venezolano, encargado del
resguardo de la soberanía, de la vida de los ciudadanos y sus bienes.
“El ciudadano común no tiene conocimiento de cómo manipular un arma y en
oportunidades se convierte en el mismo instrumento que lo lleva a la
muerte”.
Julián
Reinoso, habitante del barrio Medero de Guanare, opina que la ley es
buena porque los ciudadanos no son las personas adecuadas para portar un
arma, sino los organismos de seguridad, que son los encargados de velar
por la vida de las personas. Considera que la ley será efectiva en la
medida que se aplique a cabalidad en cada uno de sus artículos; que se
cuente con efectivos policiales honestos, capaces de ayudar a desarmar
completamente a la ciudadanía, especialmente a los delincuentes.
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